El planeta Tierra es perfecto. Todo lo relacionado con nuestro mundo, su tamaño, su distancia del Sol, su giro e inclinación, su Luna, se adapta perfectamente a nuestra existencia, y las fuerzas naturales de nuestro planeta nutren perfectamente la vida. Un sistema meteorológico global circula y distribuye agua a todos los rincones del mundo, las corrientes marinas aportan nutrientes a los confines más profundos del océano, la luz solar calienta y da energía a todo lo que toca, y poderosos volcanes crean y fertilizan la tierra. Como resultado, no hay parte de nuestro planeta donde no se pueda encontrar vida.