Un abogado estadounidense proderechos humanos muere asesinado en Belfast. Su novia y un duro detective británico, nada satisfechos con la versión oficial de los hechos, investigan por su cuenta para saber qué sucedió realmente. Pronto descubrirán que el hombre había reunido pruebas documentales que sacaban a la luz turbios manejos del gobierno de las islas.