Montpaillard presume de ser la localidad más tranquila de Francia, como reza el cartel en la entrada del pueblo. La única amenaza a su paz es Blaireau, un furtivo que tiene en jaque al ayuntamiento, y al guardabosques, al cual deja en ridículo cada vez que éste le quiere atrapar. Por otra parte, la hija de los Chaville ha llegado al pueblo y su profesor de piano, el joven y tímido Fléchard, está enamorado de ella, pero para su desgracia, a Arabella le gustan los hombres de acción y en el pueblo sólo hay mojigatos.