Anna y Carlo se quieren, pero esta relación no le gusta a la madrasta de Anna. Tras una discusión, Carlo se marcha con Anna a Roma para recoger un dinero para casarse. Acusado injustamente de asesinato, Carlo es provisionalmente encarcelado al tiempo que Anna da a luz una niña. Pasan varios años y sale la sentencia definitiva para Carlo: 20 años de prisión. Anna, viendo que no va a poder sobrevivir sola con su hija, decide volver a casa de su padre, pero éste acaba de morir de un infarto. Su madrasta le dice que se hará cargo de la niña, tal como se lo prometió a su padre antes de morir, pero que ella debe marcharse. Ante la negativa de dejarla sola, Anna decide irse con su hija. A partir de este momento, empezará su tormento...